Para realizar el video Panorama de Miraflores, elijo el edificio perteneciente a la Guardia de Honor Presidencial del Palacio de Miraflores por la obsesión que existe en Venezuela sobre la permanencia o el cambio del Presidente de la República de Venezuela, por la espera o el rechazo de cualquier acontecimiento que dé un giro en el relato presidencialista.

​

Encuadrando frontalmente la figura del edificio, hago paneos panorámicos tratando de negar un encuadre límite, en cuanto estático. El video —mudo— no es testigo oportuno de ningún acontecimiento. Mi mero-estar-allí grabando el vacío de acontecimiento, me proyecta como fuera de la orientación de la inmediatez de la información que envuelve al espectador contemporáneo.